De un día para otro empiezas a sentir molestias, una necesidad urgente por ir al baño y ardor al orinar. El verano es, sin duda, una época muy propicia para desarrollar cistitis y, por ello, es importante que tomemos medidas. Te ofrecemos toda la información en este artículo esperando que te sirva de ayuda.
Los médicos nos advierten de que este problema se debe sobre todo a un suelo pélvico debilitado y algunos cambios de rutina en nuestro día a día: las piscinas, los bañadores húmedos, beber menos agua…
Las infecciones urinarias durante el verano
Nuestros hábitos de vida cambian durante el verano. En ocasiones, lejos de servirnos como excusa para descansar, hacemos muchas más cosas descuidando nuestra salud.
Salimos más de casa, nos alimentamos mal, nos bañamos en la piscina, en el mar, estamos en contacto con el cloro y otros químicos, no nos hidratamos tanto como deberíamos…
Los factores son múltiples y los analizaremos a continuación. No obstante, debemos tener claro que durante el verano nuestra salud se puede debilitar y podemos ser más vulnerables a muchos tipos de infecciones, y no solo a la clásica cistitis.
Según el director médico del Centro de Urología Avanzada de Lima (Perú), aunque son muchos los tipos de gérmenes que pueden originar una infección en las vías urinarias, la gran mayoría tienen su origen en la bacteria Escherichia coli (E. coli).
A pesar de vivir normalmente en el intestino, la E. coli, es capaz de colonizar en el área de alrededor de la vagina, ingresar en la uretra y llegar hasta la vejiga. Te explicamos ahora cómo evitar que esto ocurra.
Cómo evitar infecciones de orina durante el verano
1. Cuidado con el bañador húmedo
El calor y la humedad en las zonas íntimas son dos desencadenantes para que desarrollemos infecciones urinarias. El simple hecho de acudir a diario a playas y piscinas puede alterar nuestra flora vaginal y ocasionarnos varios problemas.
José Luis Neyro, del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Cruces de Bilbao (España) nos indica que las piscinas públicas son focos muy peligrosos para nuestra salud íntima.
El cloro y otros químicos, sumado al hecho de que pasamos un tiempo determinado con el bañador húmedo, puede hacer que suframos un desequilibrio de la microbiota vaginal, favoreciendo así, un cuadro de cistitis.
Intenta no pasar mucho tiempo con el bañador húmedo. En cuanto termines de nadar en la piscina, o cuando acabe tu baño en la playa, cámbiate, date una ducha y ponte ropa seca.
2. La menopausia
Es muy frecuente también que las infecciones urinarias sean más frecuentes en mujeres con edades entre los 50 y 60 años.
Hay un déficit de estrógenos que las hace más vulnerables a las infecciones.
Su suelo pélvico suele tener alguna patología como, por ejemplo, incontinencia urinaria o incluso pequeños prolapsos genitales (cuando los órganos pélvicos pierden su sostén y descienden hacia abajo). Todo ello hace que estén más expuestas a las infecciones.
3. Factores físicos y químicos
No podemos pasar por alto que el verano, hace que sudemos un poco más y que, en ocasiones, debido a esa vida más intensa que hacemos en verano (viajes, piscinas, excursiones), cambiemos de productos de higiene íntima.
Existen determinados geles o jabones que podemos utilizar en esta época, que lejos de ayudarnos, nos pueden hacer daño. ¿Un ejemplo? Productos muy ácidos o incluso duchas vaginales que pueden acabar alterando nuestra flora vaginal y sus mecanismos de defensa naturales.
Vale la pena tenerlo en cuenta.
Prevenir y tratar las infecciones urinarias el verano
Pautas para prevenir las infecciones urinarias
No pases mucho tiempo con el bañador húmedo.
Mantén seca y limpia tu zona íntima.
Evita usar productos de higiene muy agresivos.
Evita la ropa muy ajustada ya que provoca a su vez que sudemos más.
Mantén una adecuada higiene después de tus relaciones íntimas.
Cuida de tu sistema inmunológico, mantén tus defensas naturales fuertes cuando llegue el verano.
Bebe abundantes líquidos.
En cuanto notes una molestia o empieces a tener fiebre, acude al médico. Es importante saber qué causa la infección.
Si bien es cierto que se deberá a una bacteria, también cabe la posibilidad que se deba a un problema renal. Así que evita tratarte “por tu cuenta”, y cuenta con un diagnóstico médico.
Consume jugo de arándanos. Tienen la capacidad de inhibir la adhesión de las bacterias a las paredes de la vejiga y resulta muy efectivo, tanto para prevenir como para tratar.
Infusión de abedul y ortigas:
Hierve 1 litro de agua y añade 3 cucharaditas (15 g) de hojas de abedul y 1 cucharadita (5 g) de ortigas secas.
Permite que repose 15 minutos y bebe a lo largo de día, 20 minutos después de tus comidas. Caliéntala un poco para que esté tibia.
Toma por las mañanas un vaso de agua con 3 g de bicarbonato sódico y el jugo de medio limón.
Consume cerezas frescas.
Hazte ensaladas donde incluyas rábanos.
Consume piña fresca y natural.
Hazte infusiones de perejil: 1 vaso (200 ml) de agua con media cucharadita (3 g) de esta planta medicinal.
Toma equinácea.
Fuente: informe21.com