La radioterapia para los tumores de próstata se asocia a un aumento, aun mínimo, del riesgo de cánceres secundarios de vejiga y del tracto colorrectal
cáncer de próstata, el tipo de tumor más prevalente en la población masculina. Un tumor cuyo tratamiento requiere de cirugía o de la administración de radioterapia, intervenciones muy agresivas asociadas a numerosos efectos secundarios, caso de la incontinencia urinaria y de la disfunción eréctil. Es más; según muestran los resultados de un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Toronto (Canadá) y publicado en la revista «The BMJ», el uso de radioterapia en el cáncer de próstata podría aumentar el riesgo de desarrollo de tumores secundarios en la vejiga, el colon y el recto.
Como explica Robert Nam, director de la investigación, «nuestros resultados podrían ser especialmente importantes para una gran proporción de pacientes en los que se recomienda tratamiento y en los que, según lo establecido las guías de práctica clínica, la radioterapia y la cirugía se presentan como alternativas igualmente válidas».
Sea como fuere, indican los autores, «debe tenerse en cuenta que, si bien hay un incremento del riesgo con la radioterapia, las tasas absolutas de desarrollo de tumores secundarios son bajas, muy especialmente cuando se comparan con otras complicaciones y efectos adversos asociados al tratamiento del cáncer de próstata».
Aumento, aun mínimo, del riesgo
La aparición de cánceres secundarios relacionados con el tratamiento supone, muy probablemente, la complicación más grave de cualquier terapia. Sin embargo, las evidencias alcanzadas a día de hoy a este respecto resultan, cuando menos, contradictorias.
Por ello, y con objeto de evaluar la posible asociación entre la radioterapia en el cáncer de próstata y la aparición de nuevos tumores, los autores analizaron los resultados de 21 estudios llevados a cabo con pacientes que, tras ser diagnosticados del tumor en la próstata, fueron sometidos, o no, a la radioterapia.
Los resultados mostraron que la administración de radioterapia conllevaba un aumento del riesgo de tumores en la vejiga y en el tracto colorrectal. Un riesgo, por el contrario, que no se observó en el caso del cáncer de pulmón o de los distintos cánceres hematológicos –esto es, los cánceres de la sangre, caso de las leucemias.
Sin embargo, destaca Robert Nam, «es importante tener en cuenta que las diferencias en los riesgos absolutos entre los casos y los controles fueron bajas, de tan solo un 0,1-3,8% para el cáncer de vejiga; de un 0,3-4,2% en el caso del cáncer colorrectal; y de un 0,3-1,2% en el de los tumores de recto».
Tratar solo si es necesario
El nuevo hallazgo, esto es, el incremento del riesgo de cánceres secundarios asociado a la radioterapia en el cáncer de próstata, debe ser recogido, tal y como apuntan los autores en un editorial publicado en el mismo número de la revista, «en los consentimientos informados para los pacientes, así como ser abordado en las conversaciones sobre el abordaje del tumor entre médicos y pacientes». Una información que, sobre todo, debe ser tenida en cuenta en el caso de aquellos pacientes con cáncer de próstata cuya esperanza de vida supera los 20 años.
Sin embargo, «lo más importante de este estudio –continúan los investigadores– es que confirma nuestra creencia de que los cánceres secundarios deben ser añadidos a la larga lista de riesgos evitables asociados al tratamiento en aquellos pacientes con tumores de próstata de bajo grado que, simplemente, no necesitan ningún tipo de tratamiento».
Pero de la misma manera, concluye el editorial, «la preocupación sobre los tumores secundario no debería interferir con el tratamiento, tan efectivo como estudiado, que se administra a los pacientes con cáncer de próstata de alto grado y, por tanto, letal. Y es que en estos casos, los beneficios minimizan todo posible riesgo».
Fuente: abc.es